"Aún hay tiempo"
"Lo haré después"
Esas son dos frases que deberían ser familiares para cualquiera que se esconde detrás del perfeccionismo. Vamos a descifrarlos. En realidad significan: "No creo que pueda hacerlo de manera perfecta, así que lo pospondré hasta el último minuto" y "No quiero hacerlo en absoluto". ¿Nunca es una posibilidad?
La dilación lleva a una sensación de pánico y parálisis. Es un ciclo demasiado familiar para los perfeccionistas. Durante la cuarentena, podríamos tener la sensación de tratar de tener todo en orden, o tanto como podamos dentro de nuestros hogares, para recuperar una sensación de control que se ha perdido debido a circunstancias imprevistas. Es una reacción comprensible.
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