Cuando los sobrevivientes comparten sus historias, la importancia de validar sus experiencias no puede ser subestimada. Esta creencia es vital por varias razones: ayuda en el proceso de sanación de los sobrevivientes, anima a otros a compartir sus experiencias, contribuye a hacer responsables a los perpetradores y abusadores, y trabaja para desmantelar el estigma social que rodea estos problemas.

Los sobrevivientes de violencia interpersonal a menudo enfrentan escrutinio al hablar, con acusaciones de que buscan atención o venganza. Esta retórica es dañina y estadísticamente inexacta: múltiples estudios realizados por el FBI y el Centro Nacional de Recursos sobre Violencia Sexual indican que solo hasta el 10% de los reportes de violencia sexual se clasifican como "reportes falsos", lo cual incluye casos en los que la víctima se retracta (a menudo debido a represalias o amenazas) o reportes que se consideran infundados por falta de evidencia. Este es el mismo porcentaje de reportes falsos que otros crímenes violentos, como el robo y el asesinato.

La violencia doméstica y sexual son crímenes gravemente no denunciados, y una de las principales razones es el miedo a no ser creído o tomado en serio. Otros obstáculos para reportar incluyen la vergüenza y el estigma, la falta de recursos o de educación sobre el hecho de que lo ocurrido fue un delito, barreras legales u otras dificultades institucionales, miedo a represalias y el temor real y válido de se traumatizar de nuevo durante el proceso de reportar al tener que compartir detalles íntimos de su trauma repetidamente. Reportar violencia doméstica o sexual es un proceso que consume tiempo, es financieramente costoso y emocionalmente agotador.

La mayoría de las personas no son violentas, pero cuando nuestra sociedad y cultura se preocupan más por desacreditar y silenciar a las víctimas, los agresores reincidentes pueden seguir victimizando a más personas. Al crear un ambiente que valide las experiencias de los sobrevivientes, fomentamos el reporte de estos casos y ayudamos a derribar las barreras que impiden que muchos den un paso al frente. Es imperativo que las comunidades se unan en apoyo a los sobrevivientes, fomentando una cultura en la que se sientan seguros, escuchados y creídos. Solo a través de la acción colectiva podemos esperar crear un cambio duradero y asegurar que ningún sobreviviente se sienta solo en su camino hacia la sanación.

En el Centro para el Empoderamiento y la Educación, le creemos y estamos aquí para apoyarle. 

Si usted o alguien que conoce necesita apoyo, nuestras líneas de ayuda gratuitas y confidenciales están disponibles las 24 horas del día, los 7 días de la semana. 

Línea de Ayuda para Violencia Doméstica: (203)731-5206 

Línea de Ayuda para Asalto Sexual: (203)731-5204