El escritor, filósofo y teólogo laico inglés G.K. Chesterton escribió una vez: “La Navidad se basa en una hermosa e intencional paradoja: que el nacimiento de las personas sin hogar se celebre en todos los hogares”. Me pregunto si la ironía de la observación de Chesterton quedará registrada en las mentes de los residentes de Danbury que utilizaron el miedo, la demonización y tácticas atemorizantes en su intento por sacar a los residentes más vulnerables de la ciudad de su vista. 

La semana pasada, en una votación de 6-3, la Comisión de Zonificación de Danbury rechazó la propuesta para enmendar las regulaciones que permite que un refugio para personas sin hogar funcione en el antiguo Super 8 Hotel en Lake Avenue. La propuesta de Pacific House implicaba el uso del antiguo hotel como refugio de 86 habitaciones y un lugar donde las personas sin hogar recibirían asistencia. 

Varios miembros de la comisión hicieron referencia a los comentarios hechos por el público como factor determinante en su decisión contra el albergue. Lo preocupante es que la mayor parte de la protesta pública se basó en insinuaciones, vitriolo y un desdén abrumador hacia la población sin hogar de la ciudad. 

Desde comentarios despectivos sobre el primer jefe de policía afroamericano de Danbury, afirmaciones de que la ciudad está involucrada en un encubrimiento, hasta la concesión repetida y alarmante de acusaciones sin fundamento y comentarios de rumores de terceros, la comisión fue inundada por un aluvión de virulencia contra Pacific House y la población sin hogar, ninguno de los cuales era relacionado con la propuesta. 

El fallo equivocado de la comisión es un golpe significativo para la población sin hogar de Danbury, ya que los refugios tradicionales y las estaciones de calentamiento están actualmente cerrados debido a preocupaciones de COVID. Con temperaturas más frías y preocupaciones de que la cantidad de personas sin hogar podría aumentar debido a la cancelación de la moratoria de desalojo por parte del gobernador Lamont, los residentes que más necesitan nuestra compasión serán arrojados a la calle y a las sombras, lejos de la vista de los residentes de NIMBY. 

Afortunadamente, gracias a la orden ejecutiva del gobernador, la instalación para personas sin hogar seguirá funcionando hasta principios del próximo año. Mientras tanto, los funcionarios de la ciudad recién juramentados deben hacer de las personas sin hogar su máxima prioridad y trabajar con Pacific House para encontrar una solución adecuada a este desafortunado lío.