Las tres razones principales por las que los trabajadores solicitan beneficios de Licencia Pagada de CT son por su propia condición de salud grave, para vincular con un nuevo hijo y cuidar de un ser querido. Para los trabajadores cuyo ser querido tiene una discapacidad del desarrollo, la licencia pagada puede ser un salvavidas que les permita conservar su empleo y, al mismo tiempo, brindarle a su ser querido la asistencia que necesita. Las discapacidades del desarrollo son un grupo de afecciones causadas por un impedimento en las áreas física, de aprendizaje, del lenguaje o del comportamiento.

Estas afecciones comienzan durante el período de desarrollo del niño, pueden afectar el funcionamiento diario y, por lo general, persisten durante toda la vida de la persona. La mayoría de las discapacidades del desarrollo comienzan antes del nacimiento del bebé, pero algunas pueden ocurrir después del nacimiento debido a lesiones, infecciones u otros factores. El Consejo de Discapacidades del Desarrollo de Connecticut estima que aproximadamente el 1.2% de la población del estado (o aproximadamente 43,000 personas) vive con discapacidades de desarrollo, incluyendo discapacidades intelectuales como el síndrome de Down y el autismo. “Muchas personas con discapacidades del desarrollo viven vidas felices y productivas con el apoyo de programas comunitarios, profesionales de salud, amigos y familiares”, afirmó Erin Choquette, directora ejecutiva de la Autoridad de Licencias Pagadas de Connecticut. “Las licencias pagadas les ayudan a ellas y a sus cuidadores a reemplazar sus ingresos cuando necesitan tiempo libre para recibir atención. Los cuidadores no siempre son los padres; pueden ser abuelos, hermanos o mejores amigos.

El programa de licencias pagadas de Connecticut reconoce que la familia se manifiesta de diversas maneras y, por lo tanto, permite que los cuidadores con parentesco de sangre o afinidad reciban los beneficios de la licencia pagada”. Según el Informe Anual sobre Personas con Discapacidad en Estados Unidos, la brecha en la tasa de empleo entre personas (civiles de 18 a 64 años que viven en la comunidad) con y sin discapacidad fue del 34,4 % en 2022, y la brecha en la mediana de ingresos laborales entre personas (civiles de 18 a 64 años que viven en la comunidad y trabajan a tiempo completo durante todo el año) con y sin discapacidad fue de $8,331 dólares en 2022. Finalmente, la brecha en la tasa de pobreza entre personas (civiles de 18 a 64 años que viven en la comunidad) con y sin discapacidad fue del 14,3 % en 2022. En resumen, las personas con discapacidad enfrentan desafíos en términos de empleo, ingresos y pobreza en comparación con el resto de la población.

“Como madre de un niño con síndrome de Down, sé que la esperanza de vida en la década de 1980 era de 25 años y ahora la gente vive más de 60”, afirmó Kandi Pickard, directora ejecutiva y presidenta de la Sociedad Nacional del Síndrome de Down. “Para mí, esto significa que desempeñamos un papel fundamental al brindar recursos, apoyo y vías justas para que las familias tengan una vida larga. Los cuidadores ahora lidian con su propio envejecimiento. Debemos ayudarles a encontrar soluciones para brindarles apoyo. La licencia remunerada es un excelente ejemplo de este tipo de programa”.

Este artículo fue escrito por Jessica Vargas, directora de Marketing y Comunicaciones de CT Paid Leave.