Cuando la Adaptación Es Difícil: Apoyando a los Niños en el Regreso a Clases en Medio de la Presión de los Compañeros y los Desafíos Sociales

Hágales saber que está bien no conectarse con todos. Nadie va a agradar ni ser agradado por todos.

Por Cristina Cabral, Manager of Community Impact

La temporada de regreso a clases a menudo está llena de entusiasmo, pero para muchos estudiantes también trae ansiedad acerca de las amistades, la aceptación social y la identidad. Al volver a las aulas y pasillos, los niños enfrentan la presión de encajar, ser aceptados y pertenecer, a veces a costa de sus propios valores o bienestar emocional.

Aunque las conexiones con compañeros son una parte importante del desarrollo saludable, la necesidad de “encajar” puede llevar a algunos niños y adolescentes a situaciones incómodas o incluso inseguras. Desde decir “sí” cuando quieren decir “no”, hasta involucrarse en conductas de riesgo para obtener aprobación, estas dinámicas pueden tener impactos a largo plazo en la confianza, seguridad y salud mental de un joven.

Como adultos — padres, cuidadores, educadores o mentores — desempeñamos un papel clave en ayudar a la juventud a manejar la presión social de maneras que apoyen la seguridad emocional y el valor propio.

El deseo de pertenecer es natural, especialmente durante la niñez y la adolescencia. Pero cuando esa pertenencia se siente condicional — basada en la apariencia, el comportamiento o el silencio — los niños pueden tener dificultades con la autoestima. La vulnerabilidad social se convierte en un factor de riesgo cuando sienten que deben cambiar o actuar para ser aceptados. Esto puede llevar a:

  • Alejarse de relaciones de apoyo
  • Involucrarse en conductas de riesgo (consumo de sustancias, bullying, actividad sexual)
  • Suprimir sentimientos o límites para “mantener la paz”

En lugar de proteger a los niños de los retos sociales, podemos darles herramientas para manejar la presión y elegir conexiones saludables.

Ayúdeles a nombrar y validar sus emociones y a practicar la autorregulación emocional utilizando técnicas de respiración o deteniéndose a pensar antes de reaccionar a una situación.
Hágales saber que está bien no conectarse con todos. Nadie va a agradar ni ser agradado por todos. Recuérdeles que ser fiel a sí mismos es más importante que ser popular.
Practique la resolución saludable de conflictos. Represente escenarios comunes de presión de los compañeros y piense en posibles respuestas. Dar a los niños lenguaje y herramientas por adelantado fortalece la confianza.
Celebre quiénes son. Cuando los niños se sienten vistos, escuchados y valorados en casa, es menos probable que busquen aprobación en espacios inseguros.
Hable sobre amistades sanas y no sanas. Enséñeles a reconocer señales de alerta, como sentirse incómodo o presionado, y señales positivas, como la bondad y el respeto mutuo.

Una de las cosas más poderosas que podemos hacer es simplemente crear espacio para que los niños hablen. En lugar de dar consejos de inmediato, intente preguntar:

  • “¿Qué ha sido lo más difícil de volver a clases?”
  • “¿Te sientes seguro de ser tú mismo entre tus compañeros?”
  • “¿Alguien te ha hecho sentir presionado o incómodo últimamente?”

Estas conversaciones abren la puerta a la confianza, la intervención temprana y el apoyo.

Cuando los jóvenes se sienten seguros de ser ellos mismos, es más probable que formen relaciones sanas y tomen decisiones fortalecidas. Modele esto en casa: muestre interés en sus vidas diarias, asista a reuniones y eventos escolares, y hágales saber que son amados, valorados y apoyados.

El Center for Empowerment and Education (CEE) ofrece programas educativos gratuitos en escuelas locales sobre relaciones sanas, límites y más.

Si desea conocer más sobre lo que ofrece el CEE, visite nuestro sitio web: thecenterct.org.