Salud Mental y Violencia Interpersonal: El Estigma del que Nadie Habla

Numerosos estudios destacan la prevalencia de la depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático (TEPT) entre víctimas y sobrevivientes.

Por Cara During, Chief Program Officer

La violencia interpersonal (VPI en inglés), que incluye la agresión sexual, acoso y la violencia doméstica, es un problema devastador arraigado en el poder y control. Si bien afecta a personas de todas las identidades y orígenes, aquellos que viven en comunidades marginadas a menudo enfrentan barreras únicas y sistémicas al intentar acceder a seguridad y apoyo. La intersección entre la VPI y la salud mental es profunda y compleja, y exige una respuesta multidisciplinaria e informada sobre el trauma.

Las consecuencias de la VPI para la salud mental son generalizadas y graves. Numerosos estudios destacan la prevalencia de la depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático (TEPT) entre víctimas y sobrevivientes. Un metaanálisis publicado en Trauma, Violence & Abuse en 2020 reveló que el 81 % de los sobrevivientes de agresión sexual presentaron síntomas significativos de TEPT en una semana, y el 75 % cumplió los criterios de diagnóstico después de tan solo un mes. El TEPT puede incluir flashbacks, hipervigilancia, ataques de pánico, dificultad para concentrarse y terrores nocturnos.

El abuso de sustancias también está profundamente relacionado con la violencia de pareja. Según la Sociedad Americana de Medicina de las Adicciones, entre el 40% y el 60% de los incidentes de violencia de pareja coexisten con el abuso de sustancias. Las personas sobrevivientes, sin importar su género, tienen un mayor riesgo de ideación e intentos suicidas. Además, muchas víctimas de violencia doméstica pueden sufrir una lesión cerebral traumática (LCT) debido a sacudidas agresivas, golpes en la cabeza, estrangulación o caídas o lanzamientos al suelo. Las LCT pueden disminuir la función cognitiva, causar pérdida de memoria y afectar la visión o la audición.

Las enfermedades mentales pueden ser tanto una consecuencia de la violencia como un factor que aumenta la vulnerabilidad. Las personas con problemas de salud mental pueden tener mayor dificultad para reconocer el abuso, establecer límites o acceder a servicios de apoyo. Además, los abusadores pueden atacar específicamente a personas con enfermedades mentales porque es menos probable que se les crea o se les brinde apoyo. Los sobrevivientes con problemas de salud mental a menudo se enfrentan al escepticismo y al estigma, lo que dificulta aún más el acceso a ayuda o la defensa de su seguridad.

Es igualmente importante rechazar las narrativas dañinas que justifican el comportamiento abusivo como consecuencia de una enfermedad mental. Si bien el trauma o los problemas de salud mental de una persona pueden influir en su comportamiento, no justifican dañar a otros. Abusar de otros es una elección, y tanto la rendición de cuentas como el apoyo son necesarios; la sanación debe ser holística.

Para muchos sobrevivientes, el camino hacia la recuperación se ve obstaculizado por brechas sistémicas, a menudo arraigadas en el sexismo, el racismo y el clasismo. Si un sobreviviente enfrenta problemas de salud mental pero no puede acceder a terapia, vivienda o atención médica básica, su capacidad para escapar o recuperarse de la violencia se ve gravemente limitada. Sin recursos estables, pueden permanecer en ciclos de abuso no porque quieran, sino porque sienten que no tienen otra opción.

Para satisfacer estas complejas necesidades, la colaboración entre los defensores de la violencia de pareja y los profesionales de la salud es crucial, y el acceso a la atención médica para los sobrevivientes es primordial. Para ayudar a satisfacer esta necesidad, el Centro de Empoderamiento y Educación lanzará un Programa de Terapia Extendida, diseñado para ampliar el acceso a la atención de salud mental a largo plazo y centrada en el trauma.

Al reconocer la conexión entre la salud mental y la violencia interpersonal, y responder con empatía y atención coordinada, podemos construir un sistema que cree en los sobrevivientes, apoya su recuperación y promueve un cambio duradero centrado en ellos.

Para obtener más información, visite https://thecenterct.org.